Llegó noviembre de 2011 y el FIB anunciaba a The Stone Roses como cabeza de cartel. Un mes más tarde, el BBK Live hacía lo propio y comunicaba que Radiohead aterrizaría en Bilbao en verano de 2012. Y el dilema para los que, como yo, decidimos escaparnos en verano a disfrutar de los festivales, se hacía cada vez más grande. Fue entonces cuando, un desconocido para mí, Optimus Alive facilitó las cosas: ¿por qué no traer a los dos?, pensarían los organizadores de este festival celebrado a las afueras de Lisboa. La decisión ya estaba tomada, nos íbamos a Portugal. Son sólo dos grupos, pensaréis algunos. El “problema” es que la cosa no terminó ahí; durante los meses siguientes, a los dos anteriores se sumaron The Cure, Justice, Miles Kane, Metronomy, The Maccabees, Mumford & Sons y un largo etcétera. Lo vivido en el país vecino tardaré en olvidarlo. Pocas veces se puede disfrutar en menos de tres días del grupo que líderó hace poco más de dos décadas la escena Madchester  y al que le hizo falta sólo un disco para conseguirlo. Otro tanto se apunta Radiohead. La banda encabezada por Thom Yorke lleva innovando desde 1993 y, visto lo visto, les queda mucha cuerda todavía.

He de decir que no he visto a todos los grupos que me hubiese gustado. Parte de culpa la tienen los horarios. Portugal no es España y a las cuatro de la mañana toca recogerse. Por consiguiente, las actuaciones comienzan demasiado pronto, casi en la sobremesa. La única pega a un festival que, de aquí en adelante, habrá que tener más en cuenta.

VIERNES – 13 DE JULIO

El debut. Sonaban a lo lejos Snow Patrol mientras recogía la pulsera. Quedaba poco más de una hora para el plato fuerte del día. The Stone Roses hacían su aparición en el Palco Optimus tapados por una fina capa de lluvia. El ritmo in crescendo del bajo de I Wanna Be Adored rompía el sliencio. A continuación vendrían Mersey Paradise y (Song For My) Sugar Spun Sister. Para entonces, servidor ya deliraba. Me sorprendió gratamente Ian Brown; el vocalista y líder del grupo está en un momento de forma muy dulce. Canta casi como hace 23 años. El concierto (el mejor junto al de Radiohead) continuó con Sally Cinnamon, Ten Story Love Song y Where Angels Play. Varias partes instrumentales con un impecable John Squire como maestro de ceremonias sirvieron para encender a la gente. La parte final del recital, épica. Waterfall, Don’t Stop, Love Spreads, Made Of Stone, This Is The One, She Bangs The Drums y el himno I Am The Resurrection ponían el colofón. Dos hooligans de Manchester me preguntaron que por qué gritaba. Les dije que la música le debía mucho a su ciudad. Murmuraron agradecidos en ese inglés mancuniano tan característico. Sí, ese que tan popular han hecho The Smiths, Oasis… El cuarteto saludaba a la muchedumbre. Quién sabe cuándo volveremos a disfrutar de los Ian, Remi, Mani y John en un futuro.

The Stone Roses | Foto: elaboración propia

Otro de los grupos destacados de la jornada era Justice. El dúo francés levanta muchísima expectación allá por donde pasa. No es para menos. La sesión, nada que ver con los álbumes, no da respiro alguno. El juego de luces, espectacular. Público entregado desde el primer ‘beat’ en un show en el que no faltaron ninguno de los hits imposibles que salen de las manos de Xavier y Gaspard. Los franceses están a años luz en esto de la electrónica. La primera piedra (y la más importante) la pusieron Daft Punk, allá en los 90. La herencia, con grupos como los citados Justice o el también dj SebastiAn (del que hablo más adelante), es inmejorable.

Justice | Foto: elaboración propia

SÁBADO – 14 DE JULIO

El ‘cabezón’ en el segundo día de festival era The Cure. He de decirlo, no es un grupo que me despierte demasiado entusiasmo. Decidimos acercarnos, sin embargo, para escuchar los míticos de la banda liderada por Robert Smith. Cayó Friday I’m In Love. Aparte de ser un género que no me llame mucho la atención, el concierto se alargó durante tres horas, por lo que desistí. La crítica habla maravillas de ellos, esto no es nuevo. Los ingleses continúan en un estado de forma envidiable que ya dejaron entrever en nuestro país hace poco más de un mes, en el Primavera Sound de Barcelona, en el que otro maratoniano setlist hizo las delicias de cualquier fan de la banda.

SebastiAn | Foto: elaboración propia

Y como The Cure nos había dejado un tanto fríos, de cabeza al Palco Heineken a ver a SebastiAn, es decir, más electrónica francesa. Está todo dicho unas líneas más arriba. No exagero si lo pongo a la altura de los Justice. El recital de este dj de 31 años fue dignísimo. No sólo por la música, sino por el resto de parafernalia. Junto a un púlpito desde el que pinchaba, tres pantallas: dos a los laterales y uno en el centro. La temática de los vídeos, ascenso y caída de un dictador que resultó ser el propio SebastiAn. Todo ello al compás de la música que resultó ser un engranaje perfecto. Puestos a compararlo con compatriotas como los ya citados Justice o los irrepetibles Daft Punk, no es casualidad que el joven dj sea uno de los miembros de la productora Ed Banger Records –misma productora que ambos dúos-. Electrónica, house y avant-garde de muchos quilates.

El cierre lo pusieron James Murphy y Pat Mahoney, ambos miembros de los conocidos LCD Soundsystem, en el Optimus Clubbing. Antes, también tuvimos tiempo de pasarnos por el mismo escenario para ver pinchar a los canadienses Art Department.

DOMINGO – 15 DE JULIO

Thom Yorke, líde de Radiohead | Foto: elaboración propia

Era el día grande. ¿El motivo? Radiohead. Entradas de día agotadas desde hace más de un mes para ver a la agrupación de Abingdon que, como siempre, no dejó indiferente a nadie. El previo corrió a cargo de Caribou, con un trabajo sobresaliente sobre el Palco Optimus. No es casualidad que hayan estado acompañando a Radiohead durante la gira. Después, lo gordo. Sabido es lo poco que les gusta a Thom Yorke y a los suyos los hits masivos. Llevaban mucho tiempo sin tocar los temas que les dieron a conocer hace más de 10 años y, en Lisboa, no cambió la cosa. Ni Creep. Ni Karma Police (que sí sonó en Bilbao el día anterior). Ni Fake Plastic Trees. Ni High and Dry. Si cayó Paranoid Android y unas cuantas más del OK Computer, –Climbing Up The Walls o Exit Music (for a Film)-, con lo que ya estuve más que satisfecho. La gente, por el contrario, parece que no había pagado su entrada para ver a Greenwood y compañía tocar largos instrumentales y el King of Limbs casi íntegro. Lo más destacado, en mi opinión, todos los pasajes de In Rainbows. Obviamente, es un concierto para recordar, tanto por la envergadura del grupo como por la calidad del show que se alargó durante dos horas. Además, ¿quién puede presumir de ver en 48 horas a The Stone Roses y Radiohead sobre el mismo escenario?

Antes de Radiohead y para ir calentando, nos pasamos por el Palco Heineken para ver a Maccabees. El solape era con The Kooks, grupo al que creo que le dan mil vueltas y que siempre ha estado bastante sobrevalorado. Había visto a Luke Pritchard y cía en Murcia, el año pasado y, sinceramente, me dejaron bastante frío. Con The Maccabees, sin embargo, la cosa cambió mucho. El aliciente para ver a la banda de Orlando Weeks no era otro que el último disco que se han sacado de la manga: Given to the Wild. Es curioso y sorprendente ver cómo ha ido evolucionado el grupo desde sus dos primeros álbumes, bastante más guitarreros y sucios en la composición y en lo referido al plano lírico, a este último, con temas mucho más elaborados y cambios de ritmo sorprendentes. Así ocurre en Feel to Follow, para mi gusto, el track más notable de su último largo. Para alegría del que escribe, The Maccabees están teloneando a The Black Keys a lo largo de toda su gira europea por lo que, en noviembre, podré gozar otra vez de dos grupazos en el mismo recinto y seguidos. Para mí, la sorpresa del festival.

El cierre en el festival lo iba a poner Metronomy. La crítica especializada lleva elogiando y tratando muy bien a los británicos desde el año pasado, cuando salió al mercado The English Riviera, álbum que ha ocupado los puestos altos en la mayoría de las listas. No es para menos. Metronomy es uno de esos grupos que se transforma sobre el escenario. Nada que ver su directo con lo trabajado en el estudio. El salto de calidad es espectacular. Ritmos imposibles a base de sintetizador y batería que hacen que no puedas para de mover los pies. Destacar The Look, su single más sonado con el que pusieron patas arriba el recinto. Radio Ladio ponía el punto final. Terminaban así tres días de música inolvidables.

Este 2012 depara regresos esperados y nuevos discos que serán presentados, muchos de ellos ahora, en temporada estival, época de festivales por excelencia. A lo largo del último mes, diversas bandas de peso en el panorama musical internacional han ido dejando entrever temas que compondrán sus nuevos largos.

Grupos como The xx o The Killers, que lanzaron su último trabajo hace tres y cuatro años respectivamente, han vuelto al estudio para dar forma a sus futuros proyectos. Otros, como The Vaccines o Mumford & Sons, no nos han hecho esperar tanto y también vuelven con material nuevo para este año. He aquí algunos de los ‘hypes’ de este próximo verano.

· THE VACCINES

Tras su aclamado primer disco, Where Did You Expect From The Vaccines?, el cuarteto inglés tiene a punto su segundo trabajo, que llevará el nombre de The Vaccines Come of Age. Los de Justin Young se dejaron ver hace un mes, en el festival de Coachella, dejando patente que continúan en plena forma.

Llevábamos ya tiempo esperando algo nuevo de los británicos y fue ayer por la tarde, en el programa de Zane Lowe de la BBC Radio 1, cuando presentaron uno de los temas que formará parte de su nuevo disco. No Hope es el tema nuevo de The Vaccines.

· MUMFORD & SONS

La banda favorita de Bob Dylan es otra de las que saca nuevo material este 2012. Tras su paso por numerosos festivales durante el año pasado —en España pudimos verles en el FIB—, los ingleses siguen girando llevando su folk por medio mundo. Este año, la cita en nuestro país será en julio, en Bilbao, donde se dejarán caer para actuar en el BBK Live.

Su nuevo largo todavía no tiene nombre, pero el grupo liderado por Marcus Mumford ya ha adelantado un nuevo tema del segundo disco, el cual se espera que salga a la venta a finales des septiembre. Where Are You Now, que ya había sonado el pasado marzo, fue interpretada también esta semana, durante una entrevista a una radio alemana.

· THE XX

Quizá el regreso más esperado. Pese a haber lanzado sólo un álbum, son ya un grupo a tener muy en cuenta. Islands, Crystalised o VCR eran algunos de los himnos que nos dejaba su extraordinario primer CD, de inclasificable género.

El trío que lidera Romy Madley Croft –recordemos que Baria Qureshi dejó el grupo en el año 2009- dio una serie de conciertos en Londres hace unos días en los que, además de tocar temas de su disco homónimo, el grupo desveló hasta cinco temas que podrían formar parte de su nuevo trabajo. Entre ellas, Friction, Closer, Devotion, Leave y Strangers.

Las nuevas canciones continúan por la vertiente empezada en xx y, seguramente, podrán ser escuchadas en la próxima visita de los de Londres a nuestro país. Será esta semana, en el Primavera Sound de Barcelona.

· THE KILLERS

Están de vuelta. Hace ya cuatro años de su último disco, Day & Age, probablemente el que les catapultó al estrellato, más comercial distinto que sus dos primeros trabajos, Hot Fuss y Sam’s Town, y que contenía ese Human que sonó una y otra vez en todas las emisoras del mundo.

Tras el periplo en solitario —y no tan exitoso— del peculiar Brandon Flowers, los de Las Vegas se vuelven a juntar para intentar demostrar al mundo que siguen en plena forma. Atrás queda la trágica muerte, el pasado mes de abril, del que fuera el saxofonista del grupo Tommy Marth, que se quitó la vida de un disparo en la cabeza.

The Killers se verán envueltos este próximo verano en una gira que les llevará por los Estados Unidos y Europa y aterrizarán en nuestro país en septiembre. Será en el DCode Festival, celebrado en Madrid, en la que se supone es su única fecha en España.

Aunque todavía no han tocado ningún tema nuevo, sí se ha hecho público el nombre del álbum, Battle Born, y de algunas de las canciones que contendrá dicho trabajo, como son Heart Of A Girl, Runaways, Carry Me Home y Flesh And Bone.

Rock de estadio 2.0

Chris Martin, líder de Coldplay, ayer en el Calderón | Foto: EFE

Lo han vuelto a hacer. Coldplay congregó ayer en el estadio Vicente Calderón a 55.000 personas siete meses después de su concierto en Las Ventas, donde presentaron su nuevo largo ‘Mylo Xyloto’, ante una plaza también abarrotada.

Sigue siendo más que sorprendente el poder que tienen Chris Martin y los suyos de seguir atrayendo a gente a sus conciertos, pese al extendido rumor que sigue levantando la banda allí por donde pasa: fórmula repetitiva y poco novedosa. Puede ser, pero también efectista.

¿Qué se puede esperar de un concierto que, ya de inicio, comienza con una espectacular ráfaga de fuegos artificiales la cual desprende colorido por los cuatro costados? En teoría, que el recital vaya a menos. Ni por asomo. La puesta en escena, espectacular.  El público, ataviado con pulseras luminosas que repartía la organización, hizo el resto. Como uno más, como pieza de ese engranaje tan estudiado que son Coldplay, la gente se sentía parte del show. Y eso, también les hace especiales.

Hurts Like Heaven, In My Place y Major Minus, daban el pistoletazo de salida. La tónica del concierto iba a tirar por esa vertiente. Mayoría de temas del último trabajo y del notable segundo, A Rush Of Blood To The Head. Mientras tanto, el Calderón parpadeaba (literal) boquiabierto ¿Poco novedoso? No lo sé, pero hasta el momento, a nadie se le había ocurrido.

A los mencionados temas les siguieron los himnos The Scientist y Yellow —la única representación de su álbum debut Parachutes, por desgracia, en todo el concierto—. A estas alturas, Chris Martin ya se había metido a la muchedumbre en el bolsillo. Up In Flames y Warning Sign pusieron la pausa; eran la calma que precede a la tempestad. También Princess of China, el tema en el que colabora Rihanna, y en mi opinión de lo peorcito de su repertorio, pero que fue recibido —para mi sorpresa— muy bien entre la gente.

Tempestad porque se venían Don’t Let It Break Your Heart —¿el mejor tema de ‘Mylo Xyloto’?— y la épica Viva la Vida. Sin duda, un punto de inflexión en su carrera. Es un tema hecho para este tipo de conciertos, para el rock de estadio. Por los ritmos, por los coros… porque Coldplay es un grupo que se desenvuelve como pez en el agua en estos ambientes. Por lo menos, desde su X&Y. Un huracán al que siguieron Charlie Brown y Paradise —quinceañeras, Coldplay es más que esta última—.

Otra pausa. Us Against the World y una desmejorada Speed of Sound en acústico —¿por qué?— sonaban en otro escenario improvisado al que, a despistados como yo, nos costó encontrar y que estaba situado unos cien metros por delante del escenario principal, a la espalda de la gran mayoría ¿Poco novedoso? Puede, pero tampoco a nadie se le había ocurrido antes.

La guinda la iban a poner Clocks y Fix You, emotivas como pocas —sobre todo esta última—. Imposible resistirse al líder del grupo al piano y los primeros compases de un tema que, de largo, es de los más famosos de la banda. Otro de esos himnos para tocar en estadios con el público coreándola una y  otra vez. Ni que decir tiene que, al igual que en Las Ventas, serían la pirotecnia y una plagiada insipirada y polémica Every Teardrop Is A Waterfall las que pusieran punto final a un sobresaliente concierto.

Inevitable hacer comparaciones con U2. Inevitable rendirse a lo superlativo de Coldplay. Les han tildado de previsibles, cansinos, monótonos. O les amas o les odias. Soy de los primeros. A pesar de Princess of China. Porque media hora después del concierto todavía se podían escuchar los coros de su Viva la Vida. Porque son uno de los grupos más importantes del planeta. Porque son ambiciosos. Incluso egoístas. Porque en ese egoísmo de querer ser más y más reside su grandeza.

We Are Standard no deja indiferente a nadie. Sobre todo, si les puedes disfrutar en directo. Ayer arrasaron en la discoteca Joy, en Madrid, con un vendaval de sonidos y colorido, mucho colorido. Acompañados por un coro góspel y por un grupo de instrumentos de metal, los de Getxo se enfundaron el mono de trabajo y, a base de ritmos bailables, pusieron patas arriba la conocida, y ayer medio llena, sala madrileña.

Asomaban los primeros compases de ‘Good Ones’, cuando apareció Deu a escena. No sé si todavía es pronto para darle al líder de los WAS el calificativo de carismático, pero, ciertamente, tiene algo. Tiene presencia, tiene encanto, tiene ese don de interconectar perfectamente con su público. Y él lo sabe. Ataviado con un “traje” un tanto extraño, el vocalista hizo, junto con el resto de la banda, que el público botase con cada tema.

Riff simples, pero pegadizos, sinfonías de trompeta, como las de ‘7:45 (Bring Me Back Home)’ o la espectacular intro a ritmo de góspel de la ya nombrada ‘Good Ones’, marcan un estilo mucho más pop que el de su anterior trabajo, el homónimo ‘We Are Standard’, quizá más difícil que escuchar que el nuevo ‘Great State’, pero donde abundan canciones para hartar de moverse en la pista de baile, como ‘Bye, bye, bye’ o ‘Other lips, other kisses’.

Las influencias son bien claras. El grupo ha escuchado mucho a Primal Scream –es de notar, y mucho, la psicodelia presente en el nuevo trabajo- y el resto de bandas salidas de Manchester a finales de los ochenta, como The Stone Roses. ¿O acaso es casualidad que saquen su ‘Great State’ el mismo año que ‘Screamadelica’ cumple dos décadas y The Stone Roses se vuelven a juntar? Lo cierto es que estos We Are Standard suenan mucho a ese sonido madchester tan característico.

Su último trabajo, como ha señalado Deu varias veces, es una mezcla de lo que han sido y de lo que quieren ser. Si es así, van por el buen camino. Sigue haciéndose extraño que su música no haya llegado todavía a un público más numeroso, como puede ser el caso de otras bandas nacionales –Lori Meyers, Supersubmarina, etc.-. Pero eso no preocupa, ellos seguirán apareciendo en medios como The Guardian o Q, que sí saben apreciar el talento del grupo o ganando premios, como el MTV Europe Music Awards, en el año 2009, como mejor banda española.

“Esto se está yendo a la mierda. Es el fin del mundo”, decía ayer Deu. No sé con certeza si, de verdad, el mundo se acabará este año. Si así es, os recomiendo ir corriendo a disfrutar en directo de WAS, antes de que esto se acabe.

Se ha abierto un período nuevo en la banda. Una temporada en la que, al igual que a su querido Athletic,  les están yendo muy bien las cosas a los We Are Standard. Disfrutemos de ello.

Probablemente sea uno de los periodistas deportivos más influyentes y respetados de nuestro país. Santiago Segurola ejerció durante siete años (1999-2006) como redactor jefe en la sección de Deportes de diario ‘El País’ y ocupó durante el siguiente año el mismo puesto en la sección de Cultura -etapa «oscura» y «difícil» para él, según nos cuenta- para recalar en el año 2007 en el diario ‘MARCA’, donde ocupa el puesto de adjunto al director. Además, es colaborador en el programa ‘Al primer toque’, de Onda Cero Radio. Pero poca gente conoce cómo se ganaba el pan el periodista de Barakaldo antes de dar el salto a un diario importante y cómo fueron sus inicios ejerciendo una profesión que no escogió como primera alternativa. A lo largo de la entrevista, Segurola habla de historia, del apabullante avance de las nuevas tecnologías y, cómo no, de deporte. De todas las cosas que le han rodeado a lo largo de su carrera.

¿En qué momento decide Santiago Segurola estudiar Periodismo?

Es algo que no decidí fácilmente. Mi padre me contagió esa afición por leer la prensa todos los días. Era un furibundo y, más que leer los periódicos, los estudiaba. De pequeño me gustaba mucho leer las crónicas de deportes en Bilbao que escribían gente como José María Múgica o José Ramón Basterra. Era muy aficionado al deporte. El primer recuerdo que guardo de algo relacionado con el deporte es el de mi hermano llevándome a ver al cine a Bilbao la película oficial de los JJ OO de Tokio, la cual me dejó fascinado. El Mundial de fútbol del ’66 también lo seguí con mucha atención, pese a ser todavía un chaval, pero es sobre todo con los JJ OO de 1968, en México, que fueron los primeros que se retransmitieron en directo, donde me doy cuenta de la importancia del deporte. Gracias a la televisión pude ver a atletas como Tommie Smith, Dick Fosbury o Lee Evans hacer cosas maravillosas y recuerdo que me enfadé un poco cuando mi madre me mandó a la cama y no pude ver el salto de Bob Beamon de 8,90. Me gustaba muchísimo todo aquello y siempre digo que sabía más de deporte con 12 años que ahora y, por supuesto, me emocionaba más. Por presión familiar empecé a estudiar ingeniería, pero fue un fracaso: no me gustaba y sufrí un profundo rechazo por la carrera. Es con 21 años, demasiado mayor para empezar una carrera, cuando dejo ingeniería y comienzo a estudiar Periodismo que es lo que verdaderamente me gustaba y mucha culpa de ello la tuvo el deporte. Una elección totalmente vocacional que me ha permitido desarrollar las tres cosas que más me gustaba hacer de pequeño: el deporte, leer prensa y escuchar música.

¿Cómo fue ejercer antes de dar el salto a un medio importante como ‘El País’ en el año 1986?

Nací en Barakaldo, dato que considero importante ya que es un pueblo obrero, con el que sigo muy vinculado en la actualidad y tuve una infancia muy feliz. Creo que periodismo e infancia son algo que van de la mano y soy el pequeño de una familia a la que le gustaba mucho el deporte, tanto a mis dos hermanos como a mi padre, que fue futbolista antes de la Guerra Civil. Recuerdo que la lucha por leer la prensa era increíble y yo era el último en esa jerarquía por lo que ojear la última crónica del Athletic se hacía una tarea bastante difícil (risas). Normalmente tenía de 5 a 10 minutos al día para leer rápidamente la sección de deportes y ya. En esa pasión por leer los periódicos sitúo los inicios de lo que he terminado siendo como profesional. Hasta cuarto de carrera no me llegaron mis primeras prácticas, en el diario ‘Deia’, gracias a un trabajo sobre el nuevo periodismo americano, tema que me fascinaba mucho. En esa época acostumbraba a leer muchas revistas americanas, como la ‘Rolling Stone’ que, aunque ahora han decaído mucho, en aquellos tiempos eran sensacionales. Trabajé en ‘Deia’ en la sección de Sucesos durante tres meses hasta que me despidieron; fue una experiencia terrible y me pareció que todo el mundo mataba a todo el mundo en Bilbao en aquella época. No era tanto por tema de cuestiones políticos, sino asesinatos puros y duros llevados a cabo por mafiosos, algunos impresionantemente salvajes. No sé lo que pasó. Me sirvió muchísimo y siempre he pensado que la sección Local de un periódico es la mejor para dar los primeros pasos ya que te encuentras con lo inesperado, con cómo es la vida ahí fuera, la gente de la calle, tragedias y momentos divertidos. Aprendes muchísimo y te obliga a escribir rápido. Es una muy buena escuela. Después trabaje como corresponsal en ‘La margen derecha’, en Getxo, donde me fue bastante bien y poco después reabrió un periódico legendario en Bilbao, ‘La Gaceta del Norte’, del que recibí una llamada de su director. Aquel fue el que considero mi primer salto importante y la primera vez que me relacioné estrictamente con el deporte. Además, conocí a muy buenos profesionales como José María Múgica o Íñigo Gurruchaga, al que considero uno de los mejores periodistas.

¿Cómo consigue dar ese salto tan importante que supone pasar de un periódico local a uno de ámbito nacional? ¿Notó una gran diferencia?

Tras esta etapa ocurrió algo extraño y muy importante para mí: recibí una llamada de Patxo Unzueta, corresponsal en Bilbao de ‘El País’, que en ese momento hacía las crónicas de uno de los mejores Atheltic de la historia, el de la Liga y el del doblete en la 1982/83 y la 1983/84. Me dijo que le trasladaban a Madrid como jefe de opinión y que Alfredo Relaño, por entonces redactor jefe de ‘El País’, le pidió que me ocupara de las crónicas del Athletic. Tuve muchísima suerte ya que mi ideal en ese momento era trabajar en ‘El País’ ya que me parecía un periódico potentísimo, además de tener cierta afinidad ideológica. También porque empezó a tratar al deporte con una dignidad enorme y revolucionó el periodismo deportivo en España. En el año ’89 me trasladaron a Madrid y en 1999 comienzo a trabajar como redactor jefe de Deportes hasta 2006. Después trabajé un año como redactor jefe de Cultura, que para mí fue terrible, y en 2007 me incorporo a ‘MARCA’. En cuanto a los cambios, el periodismo esencialmente sigue siendo el mismo: observar la realidad y comunicársela al lector. La tecnología sí que no es la misma. Internet supuso un gran cambio ya que hasta hace bien poco se escribía a máquina y no había teléfonos móviles. Comunicarse con la redacción muchas veces era un calvario y aunque lo de escribir a mano, en la calle, le da un aire romántico, verdaderamente era una putada. La mitad de mi carrera fue así y el cambio tecnológico lo empecé a notar más de cerca durante el Mundial de Italia en 1990.

¿Por qué ese cambio de redactor jefe de Deportes a redactor jefe de Cultura donde dice que no se sintió cómodo?

Se me pide poco antes del Mundial de fútbol de Alemania, en 2006, que pase a ejercer de redactor jefe de Cultura, puesto me habían ofrecido un año antes, pero que rechacé, aunque poca gente lo sabe. Lo rechacé porque estaba bien en deportes y no sabía con certeza cómo me iba a desenvolver en otra sección. Con el cambio de director acepto el puesto, pero me pareció una experiencia durísima. Probablemente yo hice muchas cosas mal, me encontré con una sección tremendamente difícil donde las decisiones que se tomaban no partían tanto del periódico, sino de la industria cultural -editoriales, casas discográficas, productoras cinematográficas,- en donde todo el mundo se cree con derecho a decir al periodista qué es lo que tiene que hacer. Es un sector con una competencia impresionante que exige muchísimo. Me pareció que el periodismo en cultura estaba demasiado supeditado a intereses no periodísticos, a intereses comerciales, de la industria. Me levanté contra eso, pero fracasé y la verdad es que aprendí mucho de esa etapa, de gente como Javier Rodríguez Marcos, Marcos Ordóñez o Diego Manrique. Me encontré también con gente que no quería participar de mi aventura y me dolió porque el periódico me había pedido iniciar una nueva etapa y es posible que se diera un paso atrás. Quizá llevaran razón, aunque me fui con la conciencia muy tranquila. Fue una etapa un poco turbulenta.

¿Es ese el principal motivo por el que deja PRISA y recala en Unidad Editorial?

Bueno, no fue una etapa fácil, había sufrido alguna decepción enorme y la gente sigue pensando que dejé los deportes de ‘El País’ para irme a ‘MARCA’. Yo deje la sección de Cultura, y no la de Deportes, porque no estaba cómodo. Recibí una oferta de ‘ABC’ y, prácticamente a la vez, de ‘MARCA’. Quería tener poca responsabilidad y en ‘MARCA’ me ofrecieron esa posibilidad. Es un periódico de cierta tradición en nuestro país y me atraía la idea. Me pareció un paso natural en mi carrera que no se vio de la misma forma desde fuera. Pensé también que de lo que sabía y más me gustaba escribir era de deporte, así que acepté.

¿Con qué formato periodístico se siente más cómodo y cuál cree que trata mejor la información?

He tenido la oportunidad de tocar casi todos los palos y creo que es la prensa donde mejor desarrollo mi profesión. No me gusta la televisión. Trabajé durante dos años en ‘Canal+’ con Andrés Montes haciendo la NBA, pero simplemente por petición de la casa. No se me asocia con este medio afortunadamente y es que me parece que no hace un planteamiento bueno del deporte. Siempre hay excepciones, como en todo, y creo que ‘Canal+’ está haciendo un gran trabajo con programas como ‘Informe Robinson’ que intenta rescatar algo que hace 20 ó 30 años era lo normal. En televisión ya no se ve un reportaje, una entrevista, solo se quiere ver ese espectáculo de espuma gritón que detesto. La radio me encanta para escucharla y llevo muchos años colaborando para programas como ‘El Larguero’ o ‘Al primer toque’ e incluso programas no deportivos con Iñaki Gabilondo o Julia Otero, pero tampoco es mi elemento. Lo que me gusta -y también me hace sufrir- es escribir. Disfruto escribiendo, pero me cuesta. Cada artículo es un pequeño parto y escribo cada uno como si fuera el último, por el que me juzgan, y es un nivel de exigencia casi neurótico.

¿Ha ayudado el avance tecnológico al desarrollo de la empresa informativa desde sus inicios hasta la actualidad?

La tecnología ha influido muchísimo, de eso no hay duda. Ha cambiado la industria de la comunicación de una forma brutal y en un tiempo exageradamente corto. Aquello que parecía indestructible hace 20 años, ahora mismo se cuestiona. Las empresas periodísticas están atravesando una crisis enorme, todo el mundo cree saber qué es lo que va a ocurrir, hacia donde transcurre su negocio. La realidad es que esta ‘era digital’ de la que tanto se habla no funciona como negocio. El negocio está todavía en el papel, pero a su vez, es un negocio que se está acabando prácticamente. Están surgiendo, además, nuevos modelos periodísticos: los blogs, los diarios digitales y, sin embargo, todavía son los periódicos de papel los que pueden enviar corresponsales al extranjero. Nadie tiene la respuesta. El cambio tecnológico es básico, pero también es una realidad que las empresas no han conseguido adaptarse a él y se han debilitado. Los sueldos han bajado, las posibilidades son menores y la calidad se ha deteriorado notablemente. Ha surgido también en España un tipo de periodismo que no es agradable: el periodismo del griterío, del ruido, de la barricada. Un periodismo decepcionante, partido, que es un problema y que también se ha trasladado al mundo del deporte. El periodismo deportivo está de capa caída en la actualidad y ha degenerado en un espectáculo, algo más parecido a un ‘reality show’, y es nuestro deber preservar las formas y las razones por las que queremos ser periodistas. Contar las cosas bien, con clase, sin sectarismos, tener opiniones (pero no estar vendido). La situación es bastante preocupante y me temo que no va a mejorar la cosa.

¿Cuáles son los principales pros y contras de Internet para el desarrollo de la profesión de periodista?

La relación del periodismo con internet podría ser buenísima y, en algunos casos, ocurre, pero en general no es así. Te permite tener más cerca todo. Nos ha acercado un mundo que antes nos era importantes alcanzar, pero también creo que ha colado mucha basura. Ha favorecido un periodismo de oídas, un periodismo que comenta otro periodismo, muchos blogs que se ocupan de vivir de lo que dice el periodismo de papel. Todavía no hemos conseguido exprimir al 100% este fenómeno que, si se sabe utilizar bien, puede llegar a ser muy útil.

En cuanto al actual ‘boom’ de las redes sociales, como Twitter, ¿qué opinión le merecen estas nuevas herramientas de comunicación?

A veces se depositan esperanzas en redes sociales, como Facebook y Twitter, para mí excesivas. Twitter no es periodismo. Twitter puede ser un buen kiosko para el periodismo. Que dos periodistas se enzarcen en 140 caracteres me parece una ridiculez. Creo que también genera la vanidad y es algo infantil; se presume por tener más seguidores. He llegado a escuchar que el periodista del futuro será el que más ‘followers’ tenga. Muchas veces recuerdo una frase que me dijo un amigo que decía que «Twitter es un bar de borrachos». Sobre todo porque lo pueblan ciertos individuos de una violencia extrema. Es un sistema de comunicación, pero no periodismo. Me fui de Twitter, pero lo sigo utilizando, aunque la gente piense que no. Y lo utilizo simplemente para tener agrupados los periódicos o publicaciones que me permiten estar al día de las cosas. No tengo seguidores, no publico nada, pero le saco partido en forma de kiosko.

¿Salen bien preparados de las universidades para ejercer los nuevos periodistas?

No me gusta tener una visión generalista de nada. Como en todo, habrá muy buenos licenciados y otros no tan buenos. Estoy seguro de que entre los jóvenes hay periodistas excelentes. El problema no reside en si salen bien preparados o no, el problema reside en que no se les da la oportunidad de ejercer como periodistas y más ahora, con la actual crisis. Es algo terrible e inquietante. Yo no salí bien preparado al terminar la carrera; no sé si fue un problema mío o de la docencia. Sí hay que destacar que es muy diferente estudiar periodismo que ejercer periodismo. El salto es enorme ya que pasas de ser un sujeto más o menos pasivo a ser un sujeto activo, que se tiene que desenvolver en un medio (normalmente la redacción) rodeado de compañeros, buscando tu propia identidad como periodista. Depende también, no solo de tus conocimientos, sino del carácter que uno mismo tenga. Personalmente, a mí me costó mucho en los primeros años; al terminar mi período de prácticas, el director del periódico me dijo que lo sentía mucho, pero que yo no servía para el periodismo. No se lo reprocho porque yo sentía que sí que servía, pero también que él tenía razón dado que me costó mucho amoldarme al tema de trabajar rodeado de gente, en parte por mi carácter tímido.

En general, ¿cuál cree que es actualmente la salud del periodismo en nuestro país?

Muy mala. Como ya he dicho anteriormente, la televisión que se hace ahora mismo ha sufrido un deterioro enorme. No ha contribuído a mejorar las cosas, sino que las ha empeorado un poco más. Existen numerosos programas lamentables que ayudan a convertir en basura los cerebros de la gente. La TDT, lejos de mejorar el panorama, lo ha empeorado. Toda la ilusión que se tenía en períodos anteriores, como la transición, con la aparición de nuevos periódicos y revistas a diario, ha desaparecido. Estamos más en un período de regresión que de avance y las esperanzas y la ilusión son pocas. El panorama es bastante decadente.

Respecto a la línea editorial hoy en día, ¿existen más ataduras para los periodistas o por el contrario existe más libertad?

Sinceramente, no lo sé. Si es cierto que en el periodismo deportivo hay más interés por parte de los poderosos -y todos sabemos quiénes son- por que se haga un periodismo a la carta. Contra eso hay que resistirse porque si no estamos engañando al lector. Este lo que quiere es un periodismo honesto, con el cual puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero manteniendo la credibilidad en él. Trabajar como simple mensajero del poder en el mundo del deporte no es hacer periodismo, es hacer propaganda. En ese sentido, sí que he notado que en los últimos 10-12 años, el poder siempre se ha preocupado bastante por marcar el territorio y eso me desagrada profundamente. Parte de la culpa del debilitamiento de la empresa informativa la tienen este tipo de conductas: los chantajes. Al fin y al cabo, no nos engañemos, los medios tienen poder, seguimiento social. Lo que hay que tener claro es que el periodista cumple una función que no es la de ser vasallo de nadie, esa es la esencia del periodismo. Todo lo demás no es periodismo, es otra cosa.

Sabida es su devoción por el Athletic de Bilbao, ¿es complicado lidiar entre la afición a un equipo y la información meramente rigurosa?

Para mí, no. Me ha tocado escribir poco sobre el Athletic, pero las veces que lo he hecho siempre he sabido discernir entre mi afición al club y mi profesión. Creo que tengo la suerte de ser un hincha bastante severo, exigente, al que casi todo le parece mal con su equipo y eso hace que mi posición con el Athletic sea muy crítica, lo que me acerca más a lo profesional. Este año estoy muy feliz y con muy buenas expectativas. Llevábamos unos años un tanto alicaídos, pero estamos en el buen camino. Hemos conseguido quitarnos un poco de encima el peso de ser diferentes. ¿Por qué no ficháis extranjeros? Si eso es una idiotez. Te parecerá una idiotez a ti. Pienso que el derecho a ser diferentes, no mejor, sino diferentes, es fundamental tanto en las sociedades como en el fútbol. Y no nos ha ido tan mal: nunca han bajado Madrid, Barcelona y Athletic, pero es que desde el año 1985 han descendido todos los equipos de primera división, excepto esos tres. No me quejo, pero sí creo que se había extendido por Bilbao la pesadumbre de quedar sextos y considerarlo un buen resultado. A mí me da igual sexto que octavo, lo que quiero es que mi equipo me haga sentir orgulloso y que cuando juega en San Mamés, le reconozca. La llegada de Bielsa ha sido extraordinaria y le ha quitado muchos complejos en ese sentido.

Se cumplen 30 y 20 años del Mundial de Fútbol de España y de los JJ OO de Barcelona respectivamente, ¿qué influencia cree que han tenido en el deporte español para llegar a ser lo que somos en la actualidad?

El Mundial no pienso que haya tenido mucha. Se celebró en una etapa un tanto confusa, un año después del golpe de estado, que para mí fue algo vergonzoso y lamentable, y la sensación en ocasiones era de miedo. Dentro de ese contexto, no creo que la competición tuviera mucha repercusión para el deporte en nuestro país y, de hecho, los años siguientes fueron bastante malos para el fútbol español. Sí es verdad que fue una gran Copa del Mundo de fútbol, con equipos inolvidables como Brasil, Francia e Italia, que fue más fiel a su estilo que nunca y consiguió llevarse el título. En ese sentido sí que disfrutamos, pero no creo que dejara una huella especial en nuestro deporte. Respecto a los JJ OO de Barcelona, la cosa cambia. Para mí, es el acontecimiento que marca el final de la transición y la consagración de un estado democrático y moderno. El mundo ve que España ha avanzado a pasos agigantados y que es un país donde se vive bien, con ciudades vanguardistas como es Barcelona. De repente, España se pone de moda y su deporte, igual. La democracia en ese sentido hizo mucho por que avanzáramos tanto como sociedad como en el desarrollo de la persona, física e intelectualmente. Puede parecer una estupidez, pero esto se hace visible en temas tan insospechados como la estatura y, desde el año 1970, la talla media del español es de 10 cm. más, de 1’67 a 1’77. Ese dato es una barbaridad y a lo que quiero llegar es que el bienestar de la persona tiene muchísimo que ver con su desarrollo y la democracia y los JJ OO ayudaron. Nos costó despegar, pero ahora somos el referente en deportes de seguimiento mayoritario: campeones de Europa y del mundo en fútbol, en baloncesto, en F1, en tenis… hemos conseguido destruir todos los tópicos que rodeaban al deportista español y, ahora, somos el ejemplo a seguir.

¿Cree que democráticamente estamos en el buen camino?

No lo sé con exactitud. No me gusta el nivel de los políticos españoles, pero es que me gusta menos el tratamiento que la prensa tiene hacia ellos y su actividad. Es triste ver a muchos tertulianos desde su posición de privilegiados diciendo majaderías sobre la política y sirviendo la mayoría de ellos a sus amos sin hacer un verdadero periodismo. Me temo que el nivel con respecto a los políticos es bajo y me decepciona, pero me decepciona aún más el periodismo político de este país que al final es el que transmite la idea de que son incapaces de realizar bien su trabajo. Les tengo mucho más respeto a los políticos que lo que la mayoría de la gente les tiene y, en mi caso, cuando ves cómo se ha transformado una ciudad como Bilbao, mi ciudad, que era violenta, sucia, sin posibilidad de desarrollarse y lo que es ahora, un modelo de desarrollo, donde se puede vivir y todo esto en apenas 15 años, en un país donde todo el mundo está endeudado (Madrid 7.000 millones) y Bilbao 0, te das cuenta de que sí hay gente que hace las cosas bien, por eso les respeto. Pero en general veo mucha mediocridad y más en el periodismo que no va más allá del propagandismo y la búsqueda de intereses.

Para terminar, ha comentado que es un gran aficionado a la música, ¿ha pensado en dedicarse alguna vez al periodismo musical aparte de su faceta que desempeña como DJ en ocasiones?

En absoluto. La música es una afición más y cuando pincho es para desintoxicarme y en sitios con poca gente. Me sirve para abstraerme de las cosas, pero no creo que esté capacitado para hablar sobre ella como experto y, mucho menos, para realizar una labor como periodista. A ello hay que añadir el poco tiempo del que dispongo. Soy simplemente un aficionado que disfruta con ella.

 

Por Jorge Pardo (@jorge_pm91) y Álvaro Litrán (@litran9).

Quedan poco más de tres meses para que empiece el verano y, como viene siendo ya habitual en estas épocas del año, el carrusel de nombres de grupos y artistas que suenan para los festivales de música es un no parar. Barcelona, Benicassim o Bilbao se convierten durante una semana en el epicentro del panorama musical alternativo a nivel internacional y, como siempre, unos hacen sus deberes mejor que otros.

El 2011 fue, en el plano musical, excelente. En mayo, Murcia apostó por grupos de nivel medio-alto para armar un cartel muy consistente. Quizá los MGMT junto con Suede fueron los cabezas de cartel de un festival que ha ido creciendo poco a poco sin meter mucho ruido. Unas semanas más tarde, en Barcelona, grupos de la talla de The National o Pulp también hacían las delicias del público congregado en el Parc del Forum o el Poble Espanyol. Y el plato fuerte vino en el mes de julio con el festival de Benicassim que consiguió reunir a Arcade Fire, Arctic Monkeys (dos de los grupos más en forma en directo) y The Strokes (más mediáticos que nunca) y una segunda línea de mucho nivel con grupos como Mumford & Sons, Primal Scream o Portishead. Hay que destacar también el buen trabajo realizado en el norte, en Bilbao, donde hubo lleno absoluto con Coldplay y una oferta más que variada: 30 Seconds to Mars, Kasabian, Blondy o The Black Crowes.

Portugal, con el Optimus Alive y el SuperBock SuperRock, también quiso dejar constancia de su buen hacer reuniendo un buen puñado de grupos, si bien es cierto que ambos son primos hermanos de dos de los festivales más importantes de nuestro país: el BBK y el FIB. Normalmente, varios grupos confirmados en el Optimus se pasan luego por Bilbao y lo mismo pasa con los del SuperBock, que aterrizan días después en Benicassim. Es el caso de Coldplay, The Chemical Brothers o Kaiser Chiefs en el primero de los casos y los ya nombrados Arctic Monkeys, The Strokes y Arcade Fire en el segundo. Parece, sin embargo, que la tendencia era recibir más visitantes aquí que en el país vecino.

No ha llovido mucho desde aquello, pero la situación para este verano parece que ha dado un giro radical. ¿Motivos? Muchos. El Primavera ha hecho muy bien los deberes y tiene un cartel que nada tiene que envidiar al de los grandes festivales internacionales. The xx, DCFC, Wilco, Franz Ferdinand, Justice o The Cure son algunos de los grupos que se darán cita a finales de mayo y principios de junio en la ciudad condal. Cartel espectacular y al alcance de muy pocos. Lo mismo ocurre en la capital portuguesa. En Lisboa se ha trabajado muy bien y preparan el regreso de Stone Roses junto con otros nombres importantes de la escena alternativa como son Florence + The Machine, The Cure o Radiohead. Los de Thom Yorke, además, estarán también en Bilbao unos días antes. El SOS, fiel a su estilo, también ha conseguido reunir un buen puñado de buenos nombres entre los que destacan Pulp o The Flaming Lips y Love of Lesbian a nivel nacional (que deberían presentar su último trabajo). También en Burriana, con el Arenal Sound se han hecho bien las cosas y Two Door Cinema Club, The Wombats y grupos conocidos a nivel nacional se darán cita en la costa levantina.

Cartel provisional Optimus Alive 2012

En la otra cara de la moneda y, muy a mi pesar, Benicassim. Vince Power, manager general del festival, ya declaró el año pasado que “no iba a hacer un festival sólo ‘british’” y parece que se lo ha tomado en serio. El año pasado ya hubo polémica en torno al nombre de Julieta Venegas, que más tarde actuaría en el FIB. Sin embargo, la sorpresa ha sido mayor este año con la inclusión en el cartel del dj David Guetta. Se hace raro ver en el cartel a uno de los djs más comerciales de la actualidad al mismo nivel que el exguitarrista de Oasis, Noel Gallagher. El resto del cartel, del que suponemos quedan un par de cabezas, lo completan The Stone Roses, Florence + The Machine (ambos en el Optimus), The Vaccines, The Horrors, New Order, Miles Kane o Bombay Bicycle Club entre otros. Para mí, poca cosa en relación con el resto del que se dice que es el más importante de los festivales de música independiente en España. Hay que tener en cuenta también que el FIB siempre logra formar un buen cartel, pero este año el crédito se le agota.

Cartel provisional FIB 2012

Porque, si algo va bien, ¿para qué vamos a cambiarlo? Los ‘fibbers’ son fieles, sí, pero, ¿hasta qué punto? El año pasado fue Julieta Venegas, este es David Guetta y el año que viene… Atrás y muy lejos quedan esos carteles que juntaban a grupos de la talla de Oasis, Blur, Pixies, Pavement, The Jesus & Mary Chain o PJ Harvey.

Año nuevo, blog nuevo. Estamos ya en 2012 sí, pero el primer post describe los que para mí han sido los 10 mejores CDs del pasado 2011. No son todos los que están ni están todos los que son, como se suele decir. Probablemente echéis de menos el ‘Let England Shake’ de PJ Harvey -primero en casi todas las listas- o el ‘Skying’ de The Horrors, pero los que he añadido están por algo. Qué menos que si todavía no les habéis dado una escucha… Disfrutad.

*Si lo preferís también podéis descargar cualquiera de los 10 álbumes. No tenéis más que añadir a la dirección mediafire.com el código que dejo debajo de cada trabajo. Es más que nada para evitar problemas de legalidad.

#1 ‘Bon Iver’ by Bon Iver

Para mí, el mejor álbum del año. Con unos merecidísimos 2º y 4º puesto en las listas de éxitos de EE UU y Reino Unido respectivamente, Justin Vernon  ve reconocida su corta -este es su segundo álbum-, pero sobresaliente trayectoria al frente de Bon Iver. Temas que cautivan desde la primera escucha, llenos de sentimentalismo y con una línea multinstrumental -más que en ‘For Emma, Forever Ago’- que hacen del folk del canadiense una verdadera delicia para los oídos. Desde ‘Perth’ a ‘Beth / Rest’, pasando por ‘Calgary’, el segundo trabajo de Vernon es un constante desnudo por parte del propio compositor en el que se entrega en cuerpo y alma al oyente. Disfrutar de este álbum es muy sencillo y pocos artistas pueden presumir en la actualidad de que más de cuatro o cinco sencillos sean conviertan en algo más que eso, en un verdadero éxito. Vernon sí, y por eso, desde aquí tiene todo mi admiración y reconocimiento.

· En Spotify: Bon Iver – Bon Iver

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#2 ‘Suck It and See’ by Arctic Monkeys

Pese a haber transcurrido tan solo dos años desde su último trabajo, el cuarto disco de Alex Turner y los suyos se esperaba como agua de mayo. Y es que cualquier producto con el sello de los de Sheffield es garantía de calidad. Con la edición de ‘Suck It and See’ no han dejado indiferentes a nadie; el trabajo es una más que notable declaración de intenciones: la vuelta al rock de los 60. Atrás quedan las oscuras melodías de ‘Humbug’, con un Turner excelente en el plano lírico, que tan influenciado estuvo por el líder de los Queens of the Stone Age, Josh Homme. Aunque está un peldaño por debajo de sus dos primeros trabajos, los Monkeys apuestan de nuevo por las melodías que les pusieron en boca de todo el panorama musical, allá por el año 2006, y añaden además un sonido un poco más duro. Diversión y rock quedan patentes en temas como ‘Black Treacle’ o ‘Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved You Chair’. Los ingleses vuelven a meterse a la audiencia en el bolsillo; Alex Turner, Matt Helders, Jamie Cuck y Nick O’Malley se han hecho mayores. Atrás quedan los tiempos donde la gente se todavía se preguntaba ‘Who The Fuck Are Arctic Monkeys?’.

· En Spotify: Arctic Monkeys – Suck It and See

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#3 ‘Hurry Up, We’re Dreaming’ by M83

Podría parecer que sí, que estuviéramos soñando, pero no. El sexto trabajo de los franceses, con Anthony Gonzalez a la cabeza, es real. Y épico, muy épico. Ya lo adelantaba él, “esto va a ser épico”, pero es que no nos lo podíamos creer porque ha hecho eso con todos sus anteriores trabajos. Esta vez sí han dado con la tecla y su último cd está un escalón por encima del resto. La mezcla no es otra que electrónica y pop fresco y ciertos toques psicodélicos que recuerdan en ocasiones a los MGMT. Dicho así parece simple, ¿verdad? No lo es y la verdad es que a lo largo del disco somos testigos de continuos altibajos. Altibajos no en lo referido a calidad, sino a ritmo, a continuidad. Y es que el pasaje, de 22 temas divididos en 2 CDs, es una montaña rusa de sensaciones. La onírica a la orden del día. Dadle al play con ‘Midnight City’, cerrad los ojos y entenderéis por qué.

· En Spotify: M83 – Hurry Up, We’re Dreaming.

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#4 ‘Torches’ by Foster the People

Quién les iba a decir a estos jóvenes californianos que de repartir pizzas y realizar jingles para anuncios iban a dar el salto a la fama con su álbum debut, ‘Torches’. Y es que los festivales más importantes a nivel internacional (Lollapalooza, Glastonbury o Reading) ya han visto desfilar por sus escenarios a este trío que ha dejado boquiabierta a la crítica musical de todo el mundo. El trabajo es una mezcla de sonidos pop electrónicos aderezados en muchos temas (‘Helena Beat’, ‘Life On the Nickel’…) con el increíble falsete del vocalista Mark Foster. Para muestra de su éxito, el archiconocido ‘Pumped Up Kicks’, que se mantuvo durante ocho semanas consecutivas en el número 3 de la Billboard estadounidense. ¿Queda alguien que no haya bailado alguna vez este tema? Con la vista puesta ya en 2012, y una vez presentados, el grupo intentará asentarse dentro del panorama musical alternativo. Solo queda rezar y esperar a que se dejen caer por nuestro país en próximas citas.

· En Spotify: Foster The People – Torches

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#5 ‘Noel Gallagher’s High Flying Birds’ by Noel Gallagher’s High Flying Birds

Quizá el debut en solitario más esperado del año. Oasis siempre fue cosa de dos: o eras de Noel o eras de Liam. Cuando el grupo de disolvió, en 2009, la incógnita volvía a aparecer entre los fans de la banda: ¿volverán? ¿se separarán para siempre?… Esta vez no fue un amago y, en efecto, los Gallagher decidieron seguir cada uno por su camino: Liam con Beady Eye y Noel con sus High Flying Birds y, la verdad, es que al segundo le ha ido mejor que al primero. Los datos son reveladores: “sold out” en todos los conciertos y 122.530 copias de Noel por 66.817 copias de Liam en la primera semana de ventas de cada álbum. En lo que atañe al debut, el peso compositivo del mayor de los Gallagher en su antiguo grupo se ve proyectado de lleno en su nuevo trabajo; el disco suena mucho a Oasis, pero se echa de menos la voz del hermanísimo. Los Flying Birds no son la banda de Manchester y Noel lo sabe, de ahí que resulte más que significativo que la mitad del repertorio en sus conciertos sean temas de la extinta banda. Aun así, el álbum ha gozado, en general, de buena crítica y aceptación. Sobresalientes son los temas ‘If I Had a Gun…’ y ‘Aka… What a Life!’.

· En Spotify: Noel Gallagher’s High Flying Birds – Noel Gallagher’s High Flying Birds

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#6 ‘What Did You Expect From The Vaccines’ by The Vaccines

Que “¿Qué esperamos de los Vaccines?”, que su próximo trabajo mantenga, por lo menos, el buen nivel de su debut. Los de Londres han sido, sin ninguna duda, otro de los grupos revelación en el 2011 y su primer álbum llegó a alcanzar el puesto número 4 en las listas británicas. Sonando mucho al ‘Is This It’ de los Strokes (?), el cuarteto mantiene durante las 11 pistas la misma calidad y la fórmula no es otra que la de aporrear guitarras y baterías frenéticamente con ritmos rápidos y directos. Más que positivas las críticas a nivel internacional y temazos de la talla de ‘Wreckin Bar (Ra Ra Ra)’ y ‘Post Break-Up Sex’ -que les han dado a conocer- o su elaborado ‘All In White’ es lo que nos deja este ‘What Did You Expect From The Vaccines que es una más que notable carta de presentación para los londinenses. Siempre hubo cantera en las islas británicas. Y mucha.

· En Spotify: The Vaccines – What Did You Expect From The Vaccines?

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#7 ‘21’ by Adele

Joven, talentosa y con una voz privilegiada. Adele ha conseguido colocar al soul otra vez a la vanguardia. Vendió un millón de copias de ‘18’, su primer álbum, y con ‘21’ ya ha multiplicado por seis esa cifra. No es casualidad, ya que si a esa voz (que tantos problemas de garganta le ha causado en 2011) le sumas la melodía del piano y el sentimiento que la propia artista añade a sus composiciones el resultado es el ya visto. Este trabajo habla de rupturas, de echar la vista atrás, de corazones rotos y desengaños, temas que han tocado de lleno a la joven y que añade a sus letras una enorme carga melancólica. Han sonado una y otra vez en las distintas emisoras de radio de cada país, no descubro nada nuevo, pero merece la pena darle la enésima escucha a temas como ‘Rolling In The Deep’ o el desgarrador ‘Someone Like You’.

· En Spotify: Adele – 21

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#8 ‘Wasting Light’ by Foo Fighters

Si pidieran definir ‘Wasting Light’ con una palabra, rock sería, sin ninguna duda, la elegida. El propio Grohl admitió que este era de largo “su álbum más heavy” (opinión que comparto y que queda reflejada, por ejemplo, en el tema ‘White Limo’, que roza el metal). Este último trabajo no da respiro alguno; desde el segundo uno, con ‘Bridge Burning’, los americanos ponen patas arriba todo lo que encuentran a su paso. La gente de Madrid puede dar fe de ello: los Foo Fighters se presentaban en el Palacio de los Deportes de la comunidad, el pasado mes de julio, para presentar su séptimo trabajo y “necesitaron” casi 3 horas para quedar satisfechos. ¿Resultado? Concierto épico, muy aclamado por la crítica y de lo mejor que ha pasado este año por nuestro país. Grohl es un todoterreno, que se lo pregunten a su banda: tan solo 4 meses de grabación en 2010 encerrados en el garaje de éste para editar ‘Wasting Light’. Para mí, el disco rock del año.

· En Spotify: Foo Fighters – Wasting Light

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#9 ‘Belong’ by The Pains of Being Pure At Heart

Ya sorprendieron con su primer trabajo homónimo, en el año 2009, y tenían muy difícil repetir ese éxito cosechado dos años después, sin embargo, TPOBPAH (abreviatura un tanto complicada para referirse a ellos) lo han vuelto a hacer. Melodías pop y estribillos fuertes, llenos de juventud y sonando mucho al movimiento shoegaze de principios de los ’90, es lo que nos deja este ‘Belong’ (el tema que da nombre al álbum da buena muestra de ello) que ha hecho que The Pains of Being Pure at Heart se consagren como grupo. Otra buena noticia es que los neoyorkinos nos visitan en 2012. Será ahora, en el mes de enero, y su gira pasará por varias ciudades de nuestro país como son Logroño, Bilbao, San Sebastián, Madrid, Valencia, Sevilla, Granada y Barcelona; una buenísima oportunidad para acercarse a disfrutar y soñar con el dream pop de este grupo al que ya le han salido comparaciones con grupos como The Jesus and Mary Chain o My Bloody Valentine. Ahí es nada.

· En Spotify: The Pains Of Being Pure At Heart – Belong

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#10 ‘Colour of the Trap’ by Miles Kane

El trabajo mezclado con el talento ha dado sus frutos. Miles Kane firma un gran debut en solitario tras ir dando tumbos y de un lado para otro con sus anteriores grupos: The Little Flames -en activo y con quienes toca la guitarra-, The Rascals -con los que solo firmó un disco- y The Last Shadow Puppets –la exquisita colaboración con el líder de Arctic Monkeys, Alex Turner-. En ‘Colour of the Trap’, Kane tira de su buen hacer como compositor y se olvida del reto que supone lanzarse al vacío en solitario, sin la inestimable ayuda de su buen amigo Alex Turner. Si bien tiene talento de sobra y probablemente sea uno de los mejores letristas/compositores de su generación, también es cierto que siempre es una carga vivir a la sombra del que es tu colega. No le importa a Miles que tira de repertorio y esa estilo ‘british’ que le caracteriza para firmar temas más que aceptables como pueden ser ‘Inhaler’ o ‘Happenstance’. Elegancia y clase desde UK.

· En Spotify:  Miles Kane – Colour Of The Trap

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